En el día de ayer saltó una noticia de vital importancia, y en este caso no usamos el término «vital» de forma figurada. El 5 de octubre de 2017 se anunció una nueva inyección de capital por valor de 10 millones de euros por parte del grupo inversor encabezado por Robert Sarver, que ya llevará un acumulado de 30 millones invertidos, récord absoluto en la entidad.
Esta cantidad de dinero provendrá de una ampliación capital que se debe aprobar el día 6 de noviembre y se abonará poco después. El fin último de este incremento de capital es poder afrontar el pago de 6,4 millones de euros a los acreedores ordinarios en el propio mes de noviembre.
Con este desembolso significativo el Mallorca liquida la deuda con los acreedores ordinarios, que tiene su origen en el concurso de acreedores, dando así un paso de gigante para garantizar la supervivencia de la entidad y una estabilidad financiera sobre la que cimentar un futuro mejor.
Este es el penúltimo paso a realizar antes de dar el concurso de acreedores por finiquitado. A partir de entonces quedará pendiente aún la deuda con la agencia tributaria, a quien se deberán abonar pagos por razón de 3,5 millones anuales hasta 2021. Esto supone que la propiedad aún deberá realizar otro desembolso en el futuro para poder afrontar tal magnitud de pagos, pero la ampliación que se realizará en breve genera confianza para creer que así será.
Entonces, en 2021, si no hay novedad podremos decir que al fin el Mallorca está saneado y libre de deuda, más allá de 4-5 millones de euros de endeudamiento completamente normales y asumibles para un Club de fútbol.