Injusticia creo que es la palabra que mejor define la actuación del RCD Mallorca con Javier Bonilla «Xotiko», la única que no generará discrepancias entre los que no querían que se fuera y los que sí. El jugador fue dado de baja forzosamente día 31 de agosto de manera unilateral por el Mallorca, a pesar de que él quería continuar. Recibió ofertas del Atlético Baleares pero se negó al trasvase hacia el club rival por respeto a su equipo anterior, a pesar de que le había echado. En el día de hoy se ha despedido con una emotiva carta hacia los que han sido su afición y compañeros.
Insisto en la idoneidad del término «injusticia». Se crea o no que el soriano tenía el nivel para ser titular en Segunda es injusto que uno de los pilares de la pasada temporada, líder del flanco izquierdo de la defensa, clave en goles y asistencias, importantísimo a nivel de ambiente en el vestuario, no continúe en un equipo cuyo 11 titular contiene diez jugadores que estaban la pasada campaña en la categoría de bronce, muchos destacando menos que él.
La decisión es de Vicente Moreno, líder indiscutible del ascenso a la categoría de plata y a quien nadie le tose y con razón; el mejor entrenador en muchos años. Pero ello no quita que no se pueda alzar la voz ante una decisión que se cree incorrecta. Todos cometemos errores, aunque ahora ya sea tarde para subsanarlos.
Se va uno de los jugadores con quien más se identificó la afición, de ahí los cientos de mensajes de apoyo que le han ido llegando y la sensación de contrariedad en gran parte del mallorquinismo. Es una lástima que se deba marchar por la puerta de atrás uno de los grandes artífices del ascenso. El fútbol es injusto, aunque confiemos en que algún día le brinde la oportunidad de jugar en Segunda a Bonilla. Se lo merece.
Gracias por todo Xotiko.