Estamos en pleno campeonato del mundo de fútbol, la cita esperada cada cuatro años por todos los aficionados al deporte rey, este año con diversas polémicas que harán que seguro no olvidemos el Mundial de 2022. Lo primero, su localización, el país de Qatar, en plena península arábica y conocido por ser unos de los regímenes absolutistas que quedan en el mundo; y el que sea ahí, ha obligado a un segundo factor insólito: que el campeonato se celebre en los meses de noviembre-diciembre, cuando lo normal es siempre en la época estival. Calor, temperaturas extremas, preparación de infraestructuras y organización en tiempo límite, y otras cuestiones de tipo social y político que poco tiene que ver el deporte han estado rodeando desde el principio la celebración de este Mundial.
Sin embargo, una vez comenzado, la mayor polémica que ha rodeado Qatar 2022 ha sido la de la defensa de los derechos humanos en general, y en concreto, la del colectivo LGTBI. Ante la advertencia del gobierno qatarí, sobre los integrantes del colectivo gay entre otros, de que allí estaba prohibida la homosexualidad, muchos selecciones de países occidentales decidieron alzar la voz en protesta y defensa del colectivo, tomando decisiones como las de portar camisetas o brazaletes con sus colores. Al final, no ha podido ser, ante la amenaza de las tarjetas amarillas previas a los partidos, y eso ha creado bastante malestar en las Selecciones de muchos países. Y es que para personas como Josh Cavallo, el primer futbolista que anuncia ser gay en activo al mundo hace apenas un año, estos comportamientos son muy difíciles de entender y aceptar.
Algunas voces sin embargo no dejan de repetir que todo esto no tiene que ver con el mundo del deporte; que las diferencias políticas y sociales del país anfitrión no deben influir de ninguna manera en la competición, en los jugadores y entrenadores, ni en la afición. Pero no es algo que funcione, porque al fin los organizadores, las selecciones de cada país y sus aficionados son gentes de carne y hueso, con opiniones y por supuesto opciones sexuales. Ya ha costado que muchos futbolistas, tal como el nombrado Cavallo, hayan salido del armario, porque ellos mismos reconocen que son un colectivo machista. Otros jugadores de fútbol reconocieron su homosexualidad antes, y algunos de sus historias ponen los pelos de punta, llenas de discriminación, insultos e incluso violencia física; cuando por fin se puede hablar de ello con cierta normalidad, ¿ahora volvemos a una represión impuesta por las ideas religiosas de un país?
Pero incluso hay otra cuestión de fondo; y es que mientras de puertas para afuera en Qatar y otros países similares se tiene la homosexualida por un delito, y es castigado de forma severa por la ley, se tiene constancia de que son grandes consumidores de porno gay gratis. El internet ha sido una de las últimas adquisiciones de estos países, que han experimentado un increíble boom económico en años recientes; y claro está que las nuevas tecnologías han tenido una acogida espectacular. El porno online es condenado públicamente, incluso de forma virulenta a veces; pero por supuesto los habitantes del país, que nadan en la abundancia en su mayoría, tienen forma de disfrutar de él de manera más o menos discreta. El que los videos de gays tenga un público numeroso, y que el número vaya creciendo sin parar, debería dar una idea de lo que puede pensar la ciudadanía.
Nosotros vamos a dejar aquí este valoración, no queriendo ignorar la parte social que nos ha dejado este Mundia de Qatar 2022. Pero yéndonos a lo deportivo, no podemos por menos que alegrarnos y congratularnos por la goleada de la Selección española en su debut; con esta alegría, solo esperamos que sigamos celebrando victoria tras victoria. Y que este Mundial, aparte de por las polémicas LGTBI, sea recordado por la victoria de España, ¿por qué no?